La obra de Giniana De La Cruz se puede describir como un arte ingenuo, que nace de la expresión no hablada de su interior.

Su obra se llena de corazones, de flores y de colores muy intensos, y es esta combinación de colores que le dan peso a su obra y que no pasa desapercibida ante la mirada de los observadores, como si fuera esta su real expresión de su interior.

Ella misma tiene una cirugía en su corazón debido a una malformación congénita propia de la personas que nacen con síndrome Down, y el fallecimiento de su padre a la edad de 25 años de una afección oculta en su corazón, le dan la conexión a Gianina para que su arte sea el filtro que transforma una emoción dolente en otra llena de fuerza, esperanza y vida.
Otras de las características de su obra es la forma en la que pinta a las personas,las dibuja como niños pero muestra rasgos de la personalidad a través del lenguaje corporal que observa de ellos mismo. Uno de los limitantes a los que se ha enfrentado Gianina es la del daño en el desarrollo en la línea de lenguaje interno y hablado, pero ella encontró una destreza de observación del lenguaje corporal y emocional en los demás y que plasma cuando los dibuja.

Su obra muestra la expresión de su interior y representa el valor que da el amor a quien lo da y a quien recibe.

Uno de los pilares donde se apoya Gianina es el legado de fortaleza, de lucha y de amor, que le transmiten las mujeres de su familia y que le han permitido a Gianina aferrarse a la vida y abrir un espacio para ella en el mundo laboral.

Su mamá, Liliana Machado es la persona que acompaña a Gianina en todo el proceso que da forma a este proyecto artístico.

“Gianina desde muy pequeña vivía sumergida en sus cuadernos y lápices de colores pero no fue hasta el año 2018 cuando descubrí que mi hija pintaba con un patrón y en uno de sus dibujos que se repetía al pasar la páginas de su cuaderno me vi reflejada en él, y comprendí que también pintaba de forma emocional, yo soy viuda e inmigrante desde los 19 años, y siempre estuve luchando por la supervivencia de nosotras, y fue en este año que encontré estabilidad y tuve un espacio para entender que la ruta y las herramientas que Gianina necesitaba para crecer y desarrollarse como persona estaban dentro de ella misma.” Son las palabras textuales que utiliza Liliana para describir el momento en el que descubre el talento de su hija.

Gianina y Liliana son un equipo que se retroalimentan, que se brindan apoyo mutuo y cuando trabajan juntas los resultados son los que usted como observador puede apreciar.